Por qué soy una persona autista y no una “persona con autismo”

El lenguaje tiene efectos muy potentes en las mentes de las personas. Mucho más en la mente de una persona autista.

Si me llamas persona con autismo, yo siento que me estás llamando persona “normal” con acompañamiento de autismo. Esto no refleja mi realidad, y aunque puede reconfortar a muchas personas alistas por razones que mencionaré en un momento, es muy dañino para mí.

Autistica Brain

El autismo es un desorden físico. Mi cerebro es bioquímicamente diferente al de una persona sin autismo. Por ello, igual que nunca definiría a una persona alista como persona normal con acompañamiento de no-autismo, yo no soy una persona con autismo, soy una persona autista.

Si me llamas persona con autismo, creas la ilusión de que es posible separar mi autismo de mí y por tanto curarme. Esto alimenta la esperanza de algunas personas de poder relacionarse con su ser querido autista como lo hacen con cualquier persona alista.

Pese a la buena intención de ello, cuando mis seres queridos se aferran a la idea de que me puedo curar no pueden evitar expresar decepción cada vez que yo expreso mis particularidades autistas.

Por ejemplo: si demuestro gran sufrimiento ante un comentario aparentemente inofensivo, la persona alista me dice que sólo era una broma y espera que esto solucione la situación. Pero a mi mente esto no le sirve, y eso no es algo sobre lo que yo tenga elección. Como no me tranquiliza, la otra persona se frustra o se decepciona en vez de tener en cuenta mi autismo e intentar explicarme la situación en términos que yo pueda entender.

Autistica PersonaAutista

Soy autista. Es lo que me hace ser quien soy, literamente. Ya que mi cerebro procesa la información de manera distinta, todo desde mi personalidad hasta mis gustos y opiniones ha sido conformado por los caminos neuronales que tengo. Si cambias mi bioquímica, ya no tendré las mismas opiniones, gustos ni personalidad.

Dicho con palabras más gráficas cuyo autor no recuerdo: curarme sería como retirar mi cerebro de mi cráneo e introducir otro, sería como otra persona controlando mi cuerpo.

Cuando me llamas persona autista, me haces saber que reconoces mi autismo como parte inherente de mí, y yo me siento más cómoda a la hora de relacionarme contigo.

Aunque tú veas razones para utilizar otras expresiones, lo más adecuado es preguntarle a la persona autista cómo desea ser llamada y ceñirte a ello sin rechistar. Es la manera más efectiva de comunicar que te preocupas y que nos tienes en cuenta.

Todas aquellas personas que prefieran ser llamadas persona con autismo están en su derecho y ha de ser respetado. Pero no conozco a ninguna personalmente.

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